lunes, 27 de abril de 2009

El Extraño (Cortometraje), por Grupo Debaso

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Aquí donde la ven, esta peliculita rodada en Lanzarote, en algún lugar del norte de la isla, ha sido galardonada con el gran premio del Notodo Film Fest, el famoso concurso de cortos vía Internet que cada año que pasa (y van siete) gana en repercusión y prestigio. No en vano el jurado de esta edición estaba formado por cineastas como el gran Nacho Vigalondo o Jaime Rosales, que (nos consta) fue uno de los principales valedores de “El extraño”. Su autor, Víctor Moreno, cineasta chicharrero afincado en Madrid, habitual de este certamen (ya había sido reconocido el pasado año por “Fajas y corsés” y “Fauna humana”), está ahora mismo ultimando el montaje de lo que será su primer largometraje, “Holidays”, un documental que vino a rodar en verano a Lanzarote, en el que se alternarían imágenes diversas tomadas por turistas que han venido a visitar la isla con las propias de la película. Un proyecto muy esperanzador que tiene previsto estreno para septiembre (quien esté interesado puede consultar sendas entrevistas con Víctor Moreno en masscultura.com, núms. 11 y 16 )
“El extraño” se rodó en una de las pausas del rodaje de “Holidays”. No es un tráiler, o eso tan de moda ahora de los “teasers”. Tampoco es un descarte del montaje final, nos garantiza Víctor. Es una película independiente, con vida propia, aunque a muchos de los que la han visto ni siquiera les parezca una película, sino una especie de broma (lean los foros de notodofilfest.com, no tienen desperdicio). Otros más versados la calificado de “videoarte”, que es una de las múltiples formas adoptadas por ese conglomerado que es hoy día el audiovisual. Ustedes opinarán.
Desde nuestro punto de vista es todo lo contrario. Si hay alguna voluntad en “El extraño” es la de mantenerse lejos del mundanal ruido, de la congestión de imágenes y sonidos de la actualidad que amenaza con asfixiarnos. Pertenece Víctor a una avanzadilla de cineastas que invita al espectador sencillamente a lavarse los ojos: limpiar la mirada para contemplar el mundo como si fuera la primera vez que se mira. Devolverle a la vista entumecida su curiosidad natural que hace que cualquier pequeño incidente de la vida, como la salida de un rebaño de cabras, devenga en acontecimiento, digno de ser observado y disfrutado. Un asunto, en verdad, muy serio.
“El extraño” se compone de un solo plano, una toma única con un encuadre muy estudiado que recoge todos los movimientos dentro de la escena, al modo en que filmaban sus pequeñas películas los hermanos Lumiere en los albores de la Historia del Cine. Era inconcebible entonces que la realidad captada por la cámara transgrediera la del ojo humano, y la vida debía registrarse tal cual es, tal cual transcurre en el tiempo, sin cortes. El corte, el “truco”, llegó después. Pertenece “El extraño” a esa clase de películas que buscan a toda costa huir del artificio y se remite a los orígenes, a los primeros tiempos del cine, buscando la pureza de lo primigenio, aire fresco y limpio, como si se hiciera perentorio empezar de nuevo, desde el principio, para salir del atolladero de tanta moda y modismo.
Huyendo de toda clase de convenciones, le ha salido a Víctor una película que no se sabe si es ficción o documental, pues ha sido borrada de un plumazo esa línea imaginaria que se traza habitualmente para separar la realidad de la representación. La duda ha alcanzado hasta el comité de selección del Notodofilmfest que la ha propuesto para competir por igual en dos categorías, lo nunca visto. Finalmente el jurado le otorgó el premio “por bailar entre la ficción y el documental para descubrir que el extraño somos nosotros”, en una decisión tan audaz y valiente como la existencia de la propia película, lo que ennoblece y da lustre a este tipo de certámenes. Para qué si no debieran servir los festivales de cine, si no es para contribuir a desbrozar nuevos caminos, sobre todo en un cine como el español tan ensimismado y creído de si mismo (hasta la soberbia) y tan plañidero siempre, cuando más que las perras lo que hacen falta son neuronas, ideas. En este sentido es que Víctor Moreno se perfila como una de las grandes esperanzas.
Un último apunte. Los hermanos Lumiere formaron decenas de operadores y los esparcieron por los confines del mundo, cargando al hombro con sus cámaras cinematográficas, para que se trajeran imágenes de los países más remotos, en una época en que viajar estaba sólo al alcance de uno pocos bolsillos privilegiados. Cual moderno operador enviado por los Lumiere, Víctor Moreno ha arribado a nuestra tierra conejera, visitada por millones de turistas y que tantas veces ha servido como decorado para unas cuantas ficciones cinematográficas, para filmarla como si fuera la primera vez que filma. Algo de eso es lo que se presiente al ver “El extraño”. Podía haberse rodado en cualquier parte del mundo, dirá algún chinchoso, y por supuesto haber elegido cabras mejores. Pero hasta esas cabritas del corto de Víctor parecen extrañadas, y nunca mejor dicho, porque por una vez el mundo del cine que sólo ha tenido ojos para algunos pocos de nuestros encantos, mirándonos sin ver, repare en nuestras esencias. Eso es lo que esperamos también, a una escala mucho mayor, de “Holidays”.

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